El reciclaje es uno de los pilares para alcanzar un futuro más circular y sostenible. En lo que respecta a los envases, los envases de fibra tienen la tasa de reciclabilidad más alta de Europa. Sin embargo, para lograr un crecimiento económico sostenible, debemos desarrollar una mayor eficiencia en el procedimiento de reciclaje y mejorar la circularidad.

En el camino para aumentar aún más la tasa de reciclabilidad y hacer que la industria de los envases sea aún más sostenible y totalmente circular, debemos primero entender la historia y el proceso de reciclaje.

Reciclaje de papel: una vieja historia

La industria papelera es pionera en el proceso de reciclaje. El origen del logotipo de reciclaje -utilizado para identificar el proceso de reciclaje y los envases fabricados con fibra reciclada y reciclable- proviene de un estudiante de diseño de los años 70. Sin embargo, la historia del reciclaje de papel comienza mucho antes.

En el siglo X, los japoneses comenzaron a reciclar el papel casi tan pronto como aprendieron a producirlo y el reciclaje se convirtió en parte de la producción y el consumo de papel. Ese fue el primer uso registrado del papel reciclado.

Llegando a tiempos más recientes, el molino Rittenhouse comenzó a reciclar trapos de lino y algodón para producir papel en Filadelfia. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando el papelero inglés Matthias Koops inventó los primeros procesos prácticos para obtener papel reciclado de alta calidad a partir de residuos de papel o pulpa de madera, sin incluir los costosos trapos de lino o algodón. Koops obtuvo una patente para extraer la tinta de impresión del papel escrito y convertirla en pulpa. Un proceso que posteriormente adoptaron las fábricas de papel de todo el mundo.

Sin embargo, el hecho de que casi cualquier producto de fibra pueda ser reciclado no implica necesariamente que se esté reciclando. Hay algunos productos de papel que no se pueden recoger ni reciclar. El porcentaje de estos productos de papel, que consiste, por ejemplo, en papel de fumar, papeles de pared, papeles de seda y archivos, se estima en unas 19% del consumo total de papel. Además, el papel que puede reciclarse debe mantenerse separado del resto de los residuos domésticos, ya que los papeles contaminados no son aceptables para el reciclaje.

Cuando se trata de reciclar, los envases de fibra destacan. En la actualidad, se reciclan 82,3% de los envases de fibra en Europa[1] y se recogieron 56 millones de toneladas de papel para reciclar[2].

¿Cómo funciona el proceso real de reciclaje de envases de fibra?

Una vez que los envases de fibra se recogen y clasifican, pasan al proceso de reciclaje propiamente dicho. De este modo, las fibras extraídas se vuelven a procesar y encuentran su camino hacia nuevos productos, que es el valor añadido.

En primer lugar, hay que despulpar el papel recogido y los envases. Este proceso es similar al que se realiza para fabricar papel a partir de fibras frescas. Durante este proceso, los residuos de papel se disuelven en agua y se convierten en pulpa, mientras que los contaminantes no fibrosos considerables se descartan. La sustancia resultante del proceso de limpieza de las fibras se filtra y tamiza varias veces.

Además, durante el reciclaje hay que eliminar la tinta de algunos papeles en un proceso de flotación llamado destintado. Se insufla aire en la solución, y la tinta se adhiere a las burbujas de aire y sube a la superficie, de donde se separa. El resultado es un material fibroso llamado pulpa reciclada que debe ser prensado y secado. En este punto, la pulpa está lista para convertirse en papel.

Sin embargo, las fibras no pueden reciclarse para siempre porque pierden sus cualidades para fabricar papel. Es necesario incorporar una cierta cantidad de fibras frescas al flujo de reciclaje. Sin fibras frescas no habría fibras recicladas.

Además, también hay que tener en cuenta dos retos principales durante el proceso de reciclaje de envases de fibra: las propiedades funcionales de los envases y el proceso de recogida heterogénea.

Por un lado, hay que tener en cuenta que se necesitan algunas propiedades funcionales de algunos tipos de envases. En algunos casos, los envases deben ser revestidos, laminados o tratados de otras formas para cumplir con las diferentes barreras o requisitos funcionales para la protección del producto, lo que puede suponer un mayor reto para el proceso de reciclaje.

Por otra parte, como se menciona en un artículo anteriorLa heterogeneidad de los mecanismos de recogida en Europa también puede suponer un reto. Algunos países recogen todos los envases de papel en un solo flujo. Otros países diferencian una fracción separada de papel y cartón y recogen algunos envases de papel junto con el flujo de envases ligeros. Siempre que se organice una recogida y clasificación adecuadas, se pueden reciclar literalmente todos los envases de papel.

El proceso de reciclaje debe considerarse en una fase temprana del diseño del envase y tener en cuenta la finalidad prevista y el final de la vida útil del envase para optimizar el proceso de reciclaje. 4evergreen pretende aumentar la tasa global de reciclaje de los envases de fibra, así como optimizar la circularidad de los envases de fibra. Nuestro objetivo es aumentar la tasa global de reciclaje de los envases de fibra hasta 90% en 2030. Por ello, estamos desarrollando un Protocolo de Evaluación de la Reciclabilidad para los envases de fibra, estandarizado y disponible al público, que identificará los materiales de fibra que deben reciclarse y su tecnología adecuada.

[1] Construir una economía circular coherente: La visión de la industria | Artículo | Packaging Europe

[2] Consejo Europeo del Reciclaje de Papel (2020): Informe de seguimiento 2020. Disponible: WEB-PAGES_EPRC-Monitoring-Report-2020_20210716.pdf (cepi.org)

Sobre 4evergreen

4evergreen es una alianza interindustrial que perfecciona la circularidad de los envases de fibra para contribuir a una sociedad climáticamente neutra y sostenible. Nuestro objetivo es aumentar la tasa global de reciclaje de los envases de fibra hasta 90% para 2030. Nos centramos especialmente en los envases con un menor rendimiento de circularidad en la actualidad, es decir, los tipos utilizados para el consumo doméstico, fuera del hogar y para llevar. Puede encontrar más información aquí.