¿Cómo afectará la cuestión del balance de CO2 a la cadena de suministro en términos concretos?
El minorista estadounidense WalMart se ha fijado el objetivo de reducir el balance de CO2 de sus productos en 20 millones de toneladas en los próximos años. Y otros minoristas le seguirán. Si observamos los procesos de producción, vemos que los propios productos ya se han optimizado bastante. Pero respecto al envase, todavía se puede realizar un progreso considerable, ¡piense, por ejemplo, en las cajas de CD!

¿Por qué las propiedades medioambientales positivas suelen tener tan poca transcendencia en la actividad comercial diaria? O, por decirlo de otro modo, ¿el cartón se vende por debajo de su valor?
Muchas empresas ofrecen buenos productos con excelentes propiedades medioambientales, pero no promocionan este aspecto lo suficiente. La industria del cartón y las cajas plegables tienen aún un enorme potencial para comunicar la sostenibilidad de sus productos. No es cuestión de encontrar siempre la solución perfecta, yo siempre sigo la máxima: mejor casi correcto que totalmente equivocado. Y lo que se hace bien también debería comunicarse. Esto garantiza que las cosas se desarrollen en la dirección correcta y aquellos que trabajan en un modo respetuoso con el medio ambiente llevarán finalmente la baza ganadora, también en términos comerciales.
Se necesitan ideas frescas constantemente para alimentar la comunicación: por ejemplo, hay muchas fundas para iPhones ¿por qué no hay fundas de cartón, digamos, en packs de 10?

Huella de carbono / de agua de los productos – ¿podemos esperar una inflación de huellas, por lo que, en consecuencia, ya no se tomaría en serio?
No, no hay tantas huellas; además, la huella de carbono es la más importante en este momento. La huella de carbono de los productos es un nuevo tema que el público necesita conocer. La cuestión para los consumidores es siempre: ¿cómo puedo obtener una opinión sensata sobre los efectos medioambientales de un producto? Y aquí, solo unos pocos elementos son de primordial importancia, en especial la huella de carbono, ya que mide el efecto sobre el calentamiento global, y la huella de agua.

¿Acabaremos teniendo una nueva unidad común de medida?
No creo, puesto que la evaluación de un producto o proceso de fabricación siempre es una cuestión de equilibrio. Algunas cosas pueden ser tanto buenas como malas al mismo tiempo; por ejemplo, el consumo de agua no es un tema vital para nosotros, pero sí en otras regiones.
Lo que es importante es comunicar siempre la huella de carbono; se deberían proporcionar datos comparativos con los propios productos, empleando los métodos estándares de cálculo cada vez más disponibles.
Está en progreso una Norma ISO internacional para la huella de carbono, que se prevé estará lista a primeros de 2011. El PCG (potencial de calentamiento global) se calculará en base a dos fases de la cadena de suministro:
a) hasta el minorista (B2B: business to business – de negocio a negocio) y
b) B2C (business to consumer – del negocio al consumidor), es decir, uso del producto y posterior uso hasta el reciclaje.

¿Cómo podemos nosotros como industria demostrar los beneficios del cartón?
Las cifras medias solo son relevantes si también se informa de las condiciones en las que se obtienen estos números, es decir, cómo se evaluó el consumo de energía como factor de CO2 y cuáles fueron las distancias medias de transporte aplicadas. Se deben comunicar las principales hipótesis para cada valor, así como los niveles de tolerancia para cada uno de ellos.
El hecho sigue siendo que la protección del medio ambiente también se convertirá en factor económico tan pronto como los precios del petróleo se disparen, algo que ocurrirá no dentro de mucho. Resultaría útil realizar cálculos modelo utilizando ya un precio de petróleo hipotético mayor para estar preparados para el futuro.

¿Cuál es su opinión sobre los materiales biodegradables procedentes de fuentes renovables?
Cada material tiene que evaluarse con respecto a su aplicación. Una vez que se ha asegurado que el producto en conjunto se ha optimizado, entonces dichos materiales son una elección excelente. En términos de “renovabilidad” es muy importante conocer si la fuente se renueva, dónde se produce el material, así como cuáles son las condiciones medioambientales locales. En el caso de los materiales biodegradables, también juega un papel importante su buen compostaje.

¿Podría proporcionarnos una lista de todas las certificaciones y etiquetas ecológicas actuales?
Sin duda alguna, la certificación más importante es la Huella de Carbono del Producto, que se encuentra aún en una etapa de desarrollo. En principio, las etiquetas son muy específicas y a menudo no se pueden comparar unas con otras. Por ejemplo, los criterios para la etiqueta ecológica austriaca están determinados por expertos. El “Ángel Azul” de Alemania es probablemente la etiqueta ecológica más antigua del mundo. En Escandinavia tenemos el “Cisne Nórdico”, en Canadá la “Environmental Choice” – todas ellas etiquetas muy específicas.

¿Los bienes de consumo deberían estar identificados con etiquetas de huella de carbono?
Sí, ya que esto permitiría que la compatibilidad medioambiental se convirtiera en un criterio de diferenciación frente a otros productos.

¿Qué será de especial importancia en el futuro?
Es difícil generalizar, pero se podría decir que centrarse en los puntos fuertes es el aspecto más importante. Los recursos renovables, las propiedades de reciclado de los sistemas en funcionamiento – ese es uno de los puntos fuertes con respecto al medio ambiente, pero también como factor de coste importante en el futuro. La huella de carbono y el peso son los principales aspectos.

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